Un verdadero hermano


UN VERDADERO HERMANO

Hoy día, un día como cualquiera, la rutina de siempre,  pero no sabía que mi vida iba a cambiar y toda esta historia comienza así.
Normalmente los cuentos empiezan con un había una vez pero esta vez  no, esta vez  comienza diferente a los demás cuentos.
Era un día cualquiera la misma rutina pero no sabía que eso iba a cambiar mis padres me dijeron que me tenían una sorpresa, yo no lo tomé así, ellos me dijeron que nos vamos de la ciudad. A mí me sorprendió sobre todo al lugar que íbamos a ir… la sierra era un lugar que al de chiquita no me gustaba ir, yo lo tomaba como un lugar asqueroso gente fea y muchas cosas más que no me recuerdo pero lo que si me recuerdo es que eran feos mis pensamientos de ese lugar. La pregunta que me hacía era:
—¿Por qué nos vamos a ese lugar?
En cuanto podríamos ir a otro como la playa u otros lugares, le pregunté a mi mamá pero no me respondió yo la veía triste pero la que más triste estaba era yo, cambiar de lugar no era tan fácil sobre todo cuando tienes amigos, no cualquier amigo ni amiga, son de esos tipos de amigos que te acompañan en las buenas y las malas, esos amigos que te hacen sentir bien, que te hacen compañía y se preocupan por ti, pueden haber cualquier tipos  de amigos pero ellos eran muy especiales para mí.
Me daba mucha pena dejarlos pero aún sentía curiosidad de  saber porque nos íbamos a ese lugar será que a mis papás se les acabó la plata pero porque razón se les acabaría la plata, en fin, me vino muchas ideas de lo que podría haber pasado. Lo bueno es que allá están mis abuelitos y abuelitas que no veía en años y finalmente los podría visitar y ver como estaban. Alisté mis maletas al igual que de mis padres me daba pena dejar este lugar pero tenía que hacerlo.
Llegamos, estamos en la sierra todo es diferente a la ciudad donde vivía; la comida, las personas, las casas, los niños, todo era diferente, pero me tenía que acostumbrar a esta nueva vida, me enseñaron mi cuarto, el cual no era tan bonito como lo era antes.
Después de ver a mis abuelitos y familiares entré a mi cuarto ya iba a ser un nuevo día mañana.
Al amanecer  me vestí de rosado oscuro, parecido al color rojo era una de mis conjuntos favoritos, salí afuera, tomé desayuno, pero lo que no sabía es que habían toros; me había olvidado mi celular en el carro que estaba cerca a los toros,  recogí mi celular y vi a un toro furioso, me miraba mucho yo no sabía lo que pasaba pero era algo muy serio, él se dirigía a mi como corriendo y yo me asusté mucho, pero felizmente mi papá me salvó. Era mi día de mala suerte un toro casi me mata, me caí a un pequeño charco de agua, casi me atropella una mototaxi, me rosee mi helado, sí, definitivamente era mi día de mala suerte.
En la tarde vi a una señora que le pegaba bruscamente a un niño, le pegaba con el palo de una escoba ahí fue cuando me di cuenta de cómo los trataban a los niños en la sierra, me dio mucha pena ese niño lo quería ayudar pero ya me tenía que ir a la casa de mis abuelitos llegué y me puse a pensar en ese niño, pobrecito como será esa señora con el todos los días será que es su mamá , pero como una madre le puede pegar así a su hijo.
A la tarde me dijeron que vino su mejor amiga de mi abuelita pensé que era dulce, amable y buena pero me había equivocado porque  era la misma señora que había pegado  a ese niño.
Venía con el niño en sus manos, el niño estaba llorando yo le pregunté lo que pasaba y él no me quiso contar, tal vez tenía miedo que le contara a alguien.
Al siguiente día el vino solo.
—¿Por qué vendría solo y no con su mamá?
Será que lo dejó solo o se perdió.  El me saludó y jugamos, el me enseñaba  todo de la sierra por donde no debo ir y por donde sí, nos convertimos en grandes amigos, después de unos días el vino llorando y me abrazó y me dijo que me quería mucho y también que se iba a  Lima con su mamá, pero él no quería irse más  bien se quería quedar.
Yo le dije a mis padres lo que había pasado con ese niño y ellos me comprendieron y decidieron adoptarlo pero la madre de ese niño no querría, mis padres la convencieron de que ellos serían sus padrinos de ese niño la madre de ese niño aceptó pero con la condición que le demos educación el cual no fue un problema porque todo niño tiene derecho a la educación. 
Él estaba muy feliz  poco tiempo después mis padres ya habían solucionado sus problemas. Ya nos íbamos a regresar a la ciudad, él estaba ansioso por conocer otro lugar. El viaje de regreso  fue más divertido porque estaba esa persona, ese niño, cuando llegamos le enseñe todo de la ciudad al igual que él me enseño la sierra.
Me llevé un lindo recuerdo de la sierra era más bonito de lo que  pensaba.
Ese niño me decía hermanita y yo a él le decía hermanito porque es verdad, él es como mi hermanito él es menor así que le podré enseñar todo lo que  yo sé, para que sea una persona de bien.
Cuando llegamos a la casa de mis papas le enseñé todo; la cocina, el cuarto donde se íbamos a vivir.
Yo estaba emocionada por el colegio pues las clases empezaban al día siguiente. Pero el no, porque no conocía a nadie de ahí y tampoco sabía que era la escuela porque tan solo tenía 5 añitos. Alisté todo para la escuela estaba muy emocionada y me preguntaba:
—¿Cuántos compañeros nuevos habrá? ¿Habrá más niñas que el año pasado?
Y muchas preguntas más, llegué al colegio.
—Guau todo es bonito —dijo mi hermano.
La verdad es que si estaba bonito pero al llegar a mi salón habían hombres, no había ninguna mujer excepto yo claro, me sentía tan sola y ni imaginarme como se sentiría mi hermano él era nuevo. 
Pero lo bueno era que:
Tenía a mis padres juntos y todo solucionado y es más tengo también a un “verdadero hermano”. 
Por lo menos la mayoría de mis familiares estaban vivos y acompañándome en las buenas y en las malas, pero, eso pensaba hasta que:
Me llamaron por teléfono y me dijeron:
—Hija, ven rápido —y se cortó la llamada, eso me preocupo demasiado entonces, fui a mi casa y vi que a mi abuelito se lo estaban llevando de emergencia al hospital. ¿Pero porque?
Él estaba en la sierra, no entiendo como llego al día siguiente y no avisarnos para que lo lleváramos nosotros. No sabía lo que estaba pasando pero le pregunté a mi papá, él no me dijo nada pero no era necesario que me dijera porque estaba llorando entonces  se trataba de algo grave.
Más tarde llegó mi mamá llorando yo no sabía porque y le pregunté y me dijo:
—Tu  abuelito se ha muerto;  yo estaba triste no sabía que hacer entre a su cuarto de mi abuelito y vi una carta que decía:
“Queridos hijos: Yo desde un principio estaba mal pero no les dije nada a ustedes porque sabía que iban a gastar mucha plata para mis medicamentos yo les iba a estorbar y por eso es mejor que ya no viva además ya estoy viejo , para que vivir más…
Pero tranquilos yo los cuidaré desde el cielo.
Con cariño su abuelito”.
Me puse triste pero él no quería que nos pongamos tristes porque en la vida hay obstáculos que te duelen pero hay que saber derrotarlos y no rendirnos a pesar de que perdiste a un familiar muy querido para ti debes superarlo.
Pero lo bueno era que:
Estaba con mi papá y mi mamá juntos y tenía a "un verdadero hermano".

Seudónimo: N.X.A.S