Una luz de esperanza



UNA LUZ DE ESPERANZA

En un pueblo vivía una joven llamada Lucía. Ella era muy buena en sus estudios y también en la costura, una tarde salió de su casa a pasear; pero ese día se alejó mucho de casa y se hizo de noche.
Caminando notó una luz blanca y una luz negra, lucía se quedó quieta; pero vio que la luz se le acercaba y atemorizada huyó a unos árboles donde ahí paso la noche.
Al día siguiente regresó donde su mamá y le contó lo sucedido, su madre muy sorprendida le dijo:
—Hija mía, había una vez en este pueblo dos hermanos que eran idénticos; pero siempre algo los diferenciaba. Una noche en su mansión se escuchó un llanto que abarcó todo el pueblo. De ahí hasta ahora nadie ha vivido en la mansión ni nadie ha salido de ahí; pero algunos hombres que regresan de la mina han visto lo mismo que tú.
Lucía le responde:
—¿Qué han visto las luces?
—Sí han visto las luces —su mamá le dice.
Lucía al escuchar lo que le había contado su mama, fue a la mañana siguiente a la mansión; pero se percató que había unas luces encendidas y todas las puertas limpias. Lucia pensó que habían entrado bandidos a robar; pero entrando a la casa escuchó una hermosa melodía que salía del segundo piso de la mansión. Se dirigió a la habitación y vio a un hombre alto, con ojos azules, cabellera rubia y un buen físico. Al apoyarse Lucía hizo un pequeño sonido; pero el señor no se dio cuenta hasta que volteó.
Lucía sorprendida se quedó paralizada de miedo; pero el hombre le dijo
—Pasa que no te haré daño.
Lucía no reaccionaba, entonces el hombre jaló a Lucía a un su cuarto y le dijo:
—¿Qué haces aquí?
Ella le respondió:
—Por la noche vi unas luces y quería averiguar qué eran.
Tomando la palabra el señor le dijo que era un tributo a su hermano que había muerto en un accidente.
Lucía perpleja, comenzó a tener muchas dudas sobre el hombre y le comenzó a preguntar muchas cosas; pero no tenía ánimos para preguntarle todo lo que quería saber; pero en uno de esos momentos se alzó de valor y le preguntó:
—¿Quién era tu hermano?
El hombre respondió:
—Mi hermano era un buen hombre le gustaba hacer de todo; pero sufrió un trágico accidente.
—¿Sufriste cuando tu hermano murió?
—Bueno, sí sufrí, porque era una buena persona y éramos inseparables; pero en ese momento sentí que Dios lo estaba llamando al cielo.
Pero la pregunta más difícil de hacer era cuál era su nombre; pero el hombre se le adelantó y le dijo que su nombre era Esteban White y que su hermano se llamaba Jhosep White.
Lucía que estaba totalmente alegre porque había descubierto la verdad de la mansión, quería regresar a su casa; pero ya era de noche no podía irse porque tenía miedo. Entonces Esteban le dijo:
—Te acompaño a tu casa; pero si prometes venir mañana para seguir conversando de lo nuevo del pueblo.
 Lucía le respondió:
—Sí, claro que vendré; porque todavía tengo muchas interrogantes.
 Esteban agarró una linterna y comenzó a caminar con Lucía. Cuando llegaron a casa de Lucía se despidieron como unos buenos amigos.
Después de unos minutos Lucía entró a su casa y como todos los días le contó lo sucedido; pero la madre pensó que era una broma y no le hizo tanto caso; pero sí la dejaría ir a la mansión para que siga conversando con Esteban.
Después de 6 meses de conversar Lucía le pidió  Esteban que salga a visitar al pueblo de día y no de noche.
Esteban le dijo que sí; pero que tenía que alistar unas cosas, después de 5 minutos bajó con una mochila y con unos zapatos que no eran los que tenía antes puestos.
Lucía y Esteban caminaron al pueblo, al entrar a la casa de Lucía su madre se quedó muy sorprendida por la visita de Esteban; porque cuando Esteban desapareció Lucia tenía 11 años y esteban tenía 15.
Lo más raro era que Esteban era el jefe de la mama de Lucia en ese tiempo y también era el dueño de la mansión White con su hermano Jhosep.
Ya casi pasado seis meses Lucia había hecho que Esteban se vuelva parte del pueblo y también que sea parte de su vida. Pensaba que cuando Esteban se reacoplara al pueblo la dejaría y ya no le prestaría importancia ni le haría caso de lo que se le ocurriera.
Acercándose al cumpleaños de Lucía, Esteban quería darle una sorpresa; pero Lucía lo único que quería era que esteban le prestara atención porque era la víspera de su cumpleaños.
Pero el plan de Esteban era hacerle una sorpresa; pero sin que ella supiera, así que la evitó todo el día en la víspera de su cumpleaños. 
Lucía muy decepcionada pensó que Esteban ya no la quería ver, ni quería saber de ella, así que Lucía se puso triste, pero a las 12 de la noche escuchó una voz, ella reconociéndola dijo: 
—Esa voz es de Esteban.
Salió al balcón y Esteban le cantó una canción muy romántica.
Bajó a la puerta y le dio un abraso; pero Esteban que era un poco más decidido en lo que hacía le preguntó:
—¿Quieres ser mi novia?
Lucía respondió que sí.
Tomando Esteban  a Lucía fuertemente la besó y le dijo que nada ni nadie los separaría.
A la mañana siguiente Lucía estaba muy contenta porque sus supersticiones no correctas y todo lo que había hecho Esteban había pasado la expectativa de todos, pero  Lucía no encontraba a Esteban por ningún lado.
Lucía fue rápidamente a la mansión y lo encontró en su cama muy enfermo. De regreso a su casa, después de cantarle a Lucía cayó en una trampa de un cazador, lo cual le hizo perder mucha sangre.
Lucía rogó al señor que lo protegiera y que lo sane, entonces llegó una persona inesperada a la mansión White, era el hermano gemelo de Esteban. Lucía muy sorprendida le dijo:
—Tú eres Jhosep
Y él le respondió:
—Sí.
Lucía muy confundida se desmayó. En el tiempo que pasó Lucía desmayada, Jhosep curó a su hermano y lo sanó. Esteban viendo a su hermano se sorprendió porqué él pensaba que había muerto; pero su hermano le dijo que era una mentira para que Esteban venda sus propiedades; pero al ver que no les vendería los raptores soltaron a su hermano.
Lucía escuchó todo.
Luego de 5 meses de planificación de boda Lucía y Esteban se casaron en el pueblo y vivieron en la mansión hasta viejitos.

Seudónimo:  “El Vallejo”